Río de Janeiro es una de las ciudades más bonitas que hemos conocido de Brasil. Además de haber disfrutado de sus playas como Leblon, Ipanema, Copacabana, Vermelha y visitado el Pan de Azúcar, entre otras actividades, subimos al Cristo Redentor o como lo llaman también «Cristo de Corcovado» en honor al cerro en el que se ubica.
Esta ciudad maravillosa alberga numerosos iconos culturales, paisajes naturales y la energía de un pueblo carioca que nunca descansa al ritmo de su música y estilo de vida incomparable.
Dentro del Parque Nacional de la Tijuca, a 710 metros del nivel del mar y con 38 metros de altura, se alza la imagen del Cristo Redentor representando la fe y la simpatía del pueblo brasilero recibiendo a los visitantes a Río.
Es una verdadera maravilla que deslumbra tanto de día como de noche, y puede observarse desde diferentes puntos de la ciudad. No podíamos dejar de conocerlo.
En este viaje no reservamos con anticipación los tickets para ingresar a esta atracción. Suele suceder que la ciudad se cubre de una espesa neblina debido a su cercanía al mar, esto puede complicar la visibilidad haciendo que tanto la ciudad como el Cristo no puedan apreciarse, así que preferimos estar atentos al clima el día anterior para elegir el mejor momento a subir.
Hay que tener en cuenta que fuimos en Octubre que es temporada baja, aunque igualmente se lo notó bastante concurrido. Asumimos que durante la temporada alta debe ser una locura la cantidad de gente y seguramente los boletos vuelan rapidísimo, por lo que sería mejor adquirirlos con tiempo.
El día que decidimos ir estaba despejado y con un radiante sol así que desde Ipanema, donde estábamos parando en un departamento de Airbnb, tomamos el colectivo de la línea 583 en dirección a Cosme Velho.
Llegamos luego de un recorrido bastante atractivo e interesante en el que fuimos conociendo un poco la ciudad. El colectivo nos dejó justo al frente de la estación Trem do Corcovado, mejor imposible 😛
Al llegar, si bien el día estaba soleado, nos avisó el personal que trabaja en el parque que había mucha neblina arriba, así que tuvimos que esperar un poco para sacar las entradas y subir.
Desde esta estación parten cada media hora los trenes que llevan hasta la cima del Cerro Corcovado y ahí mismo se pueden adquirir las entradas que incluyen el viaje de ida-vuelta y el acceso al monumento. Pudiendo también hacer el recorrido en las vans oficiales del parque.
En nuestro caso elegimos viajar en lo que fue el primer ferrocarril eléctrico de Brasil, inaugurado en 1884, aunque las máquinas actuales son mucho más modernas que las de esa época.
La aventura es con un poco de adrenalina ya que el tren va bastante inclinado debido a la disposición del terreno y por momentos íbamos casi al borde del precipicio.
Desde las ventanillas se puede observar como atravesamos una espesa vegetación selvática autóctona y apreciar algunos de sus animales. Es un paseo muy bonito y el paisaje es magnifico en conjunción con el mar que se ve a lo lejos.
Recomendamos al ingresar al tren se sienten del lado derecho desde donde tendrán la mejor vista ♥
Una vez en la base procedimos a subir haciendo uso de las escaleras regulares, aunque para quien lo desee o necesite, hay ascensores que llegan hasta el segundo nivel y desde allí se pueden continuar hasta el Cristo utilizando las escaleras mecánicas.
Cuando por fin llegamos a la punta más alta del Cerro Corcovado, ahí estaba él, dejándose descubrir desde la inmensidad del cielo con sus brazos abiertos en muestra de recibimiento y abrazo.
Fue un momento de gran emoción, en el que dejé caer varias lágrimas, frente a tan imponente estructura del Cristo Redentor. Importante obra del art decó inaugurada el 12 de Octubre de 1931 y considerada actualmente una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno.
Desde allí se tienen unas impresionantes vistas de la ciudad de Río de Janeiro y algunos de sus principales atractivos como el Pan de Azúcar, el estadio del Maracaná, el Sambódromo, las playas de Leblon, Ipanema y Copacabana, el Jardín Botánico y varias de sus favelas.
Lo más divertido y gracioso es ver como las personas imitan desde diferentes ángulos y posiciones al Cristo o tratan de sostenerlo.
Información útil
Dirección: Rua Cosme Velho, 513 – Cosme Velho – Rio de Janeiro
Web: Parque Nacional Da Tijuca / Trem do Corcovado
Horarios
De 8 a 19 hs.
Precios / Como llegar
A pie
Partiendo desde la base del Corcovado y con una duración de hasta 2 hs de caminata, por lo que no es recomendado para realizar con niños o personas mayores. Solo se abona la entrada al parque.
- R$ 24.00 Adultos (temporada alta)
- R$ 12.00 Adultos (temporada baja)
- Gratis para niños de hasta 11 años y Mayores de 60 años
Tren del Corcovado
Los siguientes costos se corresponden a los de la boletería, la compra a través de Internet tiene un recargo de 10% (comisión de la agencia) y el mismo debe ser cambiado en la boletería de Cosme Velho 30 minutos antes del horario de embarque. El tren parte cada 30 minutos y la tarifa incluye el ticket ida y vuelta así también como la entrada al Corcovado.
- R$ 68.00 Adultos (temporada alta)
- R$ 56.00 Adultos (temporada baja)
- R$ 44 Niños 6 a 11 años
- R$ 22 Mayores de 60 años
- Gratis para niños de hasta 5 años
Bus desde Copacabana
- R$ 64.00 Adultos (temporada alta)
- R$ 52.00 Adultos (temporada baja)
- R$ 27 Niños (6 a 11 años) y mayores de 60 años
- Gratis para niños de hasta 5 años
Lugar de embarque: Praça do Lido, Copacabana
Se considera temporada alta a las siguientes fechas:
- Feriados, Sábados y Domingos
- 1 de Enero a 9 de Marzo
- Semana Santa
- 12 de Julio a 31 de Julio (temporada de vacaciones escolares)
- 1 al 31 de Diciembre
Ubicación
Rua Cosme Velho, 513 - Cosme Velho - Rio de Janeiro
Muchas gracias por toda la info, y la recomendación de dónde sentarse en el tren me parece lo más! Si todo va bien estaremos allí en enero empezando nuestra ruta. Gracias otra vez y saludos viajeros! 🙂
Hola Maria, nos alegra que la información sea de ayuda. Te va a encantar Río de Janeiro. Muchas gracias por leernos y que disfrutes mucho del viaje. Saludos viajera 😉
La idea de un monumento religioso en Rio de Janeiro nacio en 1859, con el presbitero catolico Pedro Maria Boss y la princesa Isabel de Brasil. Sin embargo, la idea no se concreto durante el Imperio del Brasil. Se retomo en 1921, cuando se aproximaba el centenario de la Independencia de Brasil. Hector da Silva Costa fue delegado para la ejecucion de la obra, y la estatua fue realizada por el escultor frances Paul Landowski .