Cada vez que regresamos de visitar a nuestra familia y amigos en Argentina, traemos en nuestro equipaje un pequeño cargamento de nostalgia en forma de sabores que nos recuerdan nuestra niñez. Como Ego, en Ratatouille.
Es prácticamente imposible para nosotros no llevar algún regalo a nuestros sobrinos, o familiares. Intentamos reducir la cantidad de equipaje en cada viaje, pero siempre terminamos con una valija grande vacía para el regreso a Alemania. Es por eso que la cargamos con cosas de nuestra casa que nos quedaron en Argentina, y yerba mate, galletitas y golosinas.
Muchos productos, debido a la situación económica en Argentina, resultan ser extremadamente baratos para nosotros, especialmente si los comparamos con los precios en Alemania. Además, hay ciertos artículos que, aunque pueden encontrarse aquí, quizás no tienen para nosotros el mismo sabor o incluso vienen en envases más pequeños que los que estamos acostumbrados a ver en nuestro país natal. Podemos vivir sin ellos, claro, pero al tener la oportunidad de llevarnos estos pequeños tesoros, ¿por qué no aprovecharla?
Y cada vez que lo hacemos Naza comparte la foto de todo lo que trajimos en sus redes, y principalmente en Twitter es donde este tipo de cosas tienen más alcance y comentarios. Comentarios de todo tipo, porque hay quien lo toma con humor y te cuestiona de buena manera porque llevas un solo pote de dulce de leche y no 54, pero también hay personas tristes que sólo se dedican a insultar. Si, esos comentarios nunca faltan.
Llevar productos de Argentina a Alemania no es solo por el sabor, sino por la conexión con nuestras raíces y una forma de acortar distancias y sentirnos más cerca de casa. Así que, ante una valija llena de productos típicos, más que juzgar, comprendamos esa necesidad. 🙂